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viernes, 24 de julio de 2015

ABC: «El régimen de Marruecos no soporta mi independencia»

Día 24/07/2015 - 11.50h

Después de una década inhabilitado, la pluma más afilada del reino alauí vuelve a la carga

El periodista marroquí Alí Lmrabet (Tetuán, 1959) cumple hoy un mes de huelga de hambre en un templo protestante junto la sede de la ONU en Ginebra (Suiza), desde donde responde a esta entrevista por teléfono. Tras acabar de cumplir el 11 de abril una condena de diez años de inhabilitación, las autoridades de su país le impiden ahora renovar su pasaporte y su DNI para que no pueda volver a publicar sus revistas satíricas. «Demain» (en francés) y «Douman» (en árabe) fueron cerradas la década pasada y Lmrabet encarcelado.
—¿Qué busca con esta huelga?
—El 11 abril pasado terminó mi inhabilitación de diez años por haber declarado que los refugiados saharauis de Tinduf no son secuestrados (como afirma el Gobierno de Marruecos) sino refugiados, como dice la ONU. Ese día dije que iba a volver a sacar mis revistas satíricas. Desde entonces me es imposible renovar mi DNI y mi pasaporte.
—¿Ha obtenido alguna respuesta?
—Hemos escrito cartas al primer ministro, ministro del Interior, al de Justicia o al presidente del consejo nacional de Derechos Humanos pidiendo explicaciones. Pero no hay un solo comunicado del estado marroquí, que guarda silencio. Si hay algún problema que lo digan. Lo más cobarde es que no tienen coraje de pronunciarse.
—¿Qué cambios aprecia en Marruecos desde que murió Hasán II en 1999 y llegó al trono su hijo Mohamed VI?
— Trabajé de periodista los últimos años de Hasán II, un gran tirano. Entrevisté al opositor Abraham Serfati, a la hija del general Oufkir (muerto a tiros en 1972 tras un intento de golpe contra el rey) y hasta a Benjamin Netanyahu... y no me pasó nada. El viejo tirano entendió que había que soltar un poco la cuerda. Entones no vi a ningún periodista en la cárcel a pesar de las amenazas de Interior. Con Mohamed VI hay periodistas encarcelados y las revistas cerradas. ¿Hay un cambio? Sí, a peor. En los últimos años de Hasán II había en Marruecos más libertad que ahora.
—¿Por qué cree que no le dejan sacar sus revistas?
—Mis revistas no aceptan publicidad ni subvenciones del estado de ningún tipo. Somos independientes de verdad, no necesitamos de nadie, no pueden manejar nuestra línea editorial. El lector es el rey, es el que decide si nos compra o no y seguimos en la calle o no. Esto no significa que vayamos a escribir lo que nos dé la gana. Pero mi nivel de independencia es insoportable para el régimen.
— ¿Qué gana Rabat frenando sus revistas?
— No lo sé. Somos respetuosos con las leyes. No vamos a ir pidiendo a la gente que saque armas, asesine o haga una revolución. Hay unos odios tremendos hacia mi persona y lo que represento.
—¿Qué ha pasado por su cabeza en estos 30 días de huelga de hambre?
—Estoy muy cansado, pero tengo la moral y la cabeza altas porque sé que tengo razón. No he cometido ningún delito. Un estado por muy fuerte que sea no te puede quitar la identidad gratuitamente. El problema es no ver a mi esposa, mis hijos y a mi padre, de 98 años.
—¿Qué posibles salidas hay?
—En 2003 (cuando Lmrabet ya permaneció 50 días en huelga de hambre mientras estaba en la cárcel) logré que mi caso se conociera. Pero esta vez no veo solución. Las autoridades marroquíes marean la perdiz. Voy hasta el final para recuperar mi identidad. Nadie, ni el rey de Marruecos, tiene el derecho a quitarle a nadie su identidad.
—¿Qué apoyos tiene?
—Hay un comité de apoyo y una carta enviada al Rey Mohamed VI que han firmado más de cien personalidades. Las autoridades no han presentado ni una sola prueba contra mí. Por eso estoy en mi derecho de hacer esta huelga.
—¿Hay alguna línea roja en esta huelga que no vaya a cruzar?
—No tengo ninguna línea roja . Hasta ahora me ha salvado que había engordado mucho en los últimos meses por unas operaciones. No pido una casa, favores o subvenciones, sino mi identidad. Nadie tiene el derecho a quitármela.

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